EXITO PERSONAL

domingo, 28 de agosto de 2016

SEGUNDA LEY DEL EXITO

SENTIR UN DESEO, UN ANHELO INSISTENTE. Anhelo es querer, desear algo pero con mucha intensidad. Y esto es lo que nos hace falta para triunfa.

El deseo vehemente y enérgico hace mucho más fácil la consecución ideal. Detrás de cada triunfo de las personas bien realizadas, hay probablemente una poderosa fuerza de deseo que se obtienen sin haberlos deseado fuertemente.

Recordemos un caso: Simón Bolívar tenia tuberculosis. Otros patriotas tenían mejor salud que él, muchos de sus compañeros tenían mejor contextura física y gran cantidad de paisanos tuvieron mejor preparación intelectual que la que él tuvo, Bolívar adquirió su cultura leyendo y estudiando por su cuenta. Pero el deseo de Bolivar por conseguir la libertad era más fuerte que el todos los otros. Y con éste deseo apasionado y vehemente, sumado a las cualidades que Dios le dio y a las oportunidades especiales que se le presentaron, llegó a la cumbre de los éxitos. Pero adelante de sus triunfos iba su deseo inmenso de libertar a sus hermanos.

El deseo insistente consiste en persistir deseando, en perseverar queriendo obtener lo que se anhela. Es un ansia, una inspiración una verdadera necesidad que se siente de coronar el ideal.
Insistir es tomar una actitud y negarse a deponerla, es mantener firme y resueltamente el deseo. Es desear como desea pan el hambriento, agua el sediento,y aire el que se ahoga. Es desear el bien como la madre desea lo mejor para su hijo querido. Los antiguos decían: "Si deseas ser persona importante debes clavar fijamente ese deseo en tu cabeza". 

Muchos se imaginan que sí desean, pero en verdad no desean. Es que no han aprendido a desear con vehemencia, con aquella hambre devoradora y aquel irresistible deseo que caracteriza a los que han propuesto apasionadamente un ideal y no descansan hasta conseguirlo.

Victor Alfieri, insigne poeta italiano (1800), empezó su carrera como escritor ya muy tarde, y sin embargo; llegó a una gran popularidad. Alguien le preguntó: ¿Cómo consiguió en tan poco tiempo tantos éxitos? y el escritor respondió: "Deseando, deseando firmemente conseguirlo"

Pocos son los que se dan cuenta de lo que significa desear vehementemente conseguir un objetivo. Y por eso hay muchos que no lo consiguen.

Lo que llamamos "recia voluntad, voluntad de acero", no es la mayor parte de las veces sino un deseo vehemente que no deja de insistir mientras no logre el objetivo propuesto. Quien conozca a alguien de firme voluntad hallará que en esa persona arde fuertemente la llama del deseo de conseguir lo que se propone y que de éste deseo obtiene el combustible necesario para seguir luchando e insistiendo.

Y por el contrario, muchas veces se oye decir: Aquel carece de voluntad para hacer esto o lo otro... y si vamos a examinar a fondo la cuestión venimos a constatar que lo que falta no es voluntad sino deseo de conseguirlo. Que no es mayor fuerza lo que necesita, sino mayor motivación. Por eso los grandes líderes motivan a sus gentes para que lleguen a desear ardientemente lo que se les propone. Una vez encendida la llama del deseo, ya la estampida será incontenible hasta la meta del éxito.

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