ESPERANZA - TERCERA LEY DEL ÉXITO
Es una fe inquebrantable en que sí lograremos lo que nos propusimos como ideal y lo que hemos venido deseando con tanta insistencia.
La esperanza en el éxito es como el chorro de gas o de combustible que viaja hacia la llama. Cuanto mayor sea, más grande será el calor de la llama y la energía que producirá. La falta de esperanza en el triunfo, y lo que es peor el temor de que se va a fracasar o de que se va a llegar al desastre, apaga totalmente la llama del deseo por esforzarse, y paraliza aterradoramente la capacidad de reflexión, de lucha y de perseverancia.
Ninguna facultad podrá actuar de manera plena y eficaz si nos dejamos vencer por la duda, el miedo, la incertidumbre, la falta de esperanza en el éxito. Estos pensamientos negativos resultan siniestros y totalmente dañosos.
Perder la esperanza de llegar al éxito, equivale a perder el deseo y la voluntad de triunfar. Cuando llega la desesperanza, ella trae consigo como una sombra, el fracaso, el declararse derrotado antes de haber presentado la batalla.
La esperanza firme de conseguir el éxito no puede descartarse de ninguna formula que trate de llevar a una persona hacia el triunfo.
Cuando nuestros miedos, nuestra desconfianza y pesimismos sean echados a un lado y los reemplacemos por pensamientos de triunfo, de confiada esperanza de que sí vamos a triunfar, habremos dado un pisotón fuerte al acelerador del motor de nuestra personalidad y el adelanto será prontamente notorio. Pero si dejamos que en nuestro cerebro anide la desconfianza, el miedo y la falta de esperanza en el triunfo, con ésto estaremos colocando la palanca de reverso en el motor de nuestra voluntad y desandando lo que ya habíamos adelantado.
Los alemanes por burlarse de algunos aliados suyos algo cobardes, decían en la última guerra, que los tanques de esos señores no tenían sino tres barras de cambios: dos servían para echar reversa cuando veían al enemigo en frente y la otra que sí servia para empujar hacia adelante no funcionaba sino cuando el enemigo venía por detrás... parece que la mente de algunos solamente tiene esos tres cambios: cuando ven la dificultad ponen el cambio de "reversa", el pensamiento de "imposible", "no puedo", "nada voy a conseguir" y solamente encuentran razones y fuerzas para salir huyendo de las dificultades y nunca para atacar.
Recordemos cual es el tercer peldaño para subir hacia el éxito: La confiada esperanza, de que sí podemos triunfar. Cuando Demóstenes incitaba a su pueblo a salir a luchar contra los opresores que intentaban invadir la patria, el pueblo entero, exclamaba gritando con emoción: "Todos a combatir y a triunfar: de frente mar". digamos algo mas: Con la confiada esperanza de que los éxitos sí han sido hechos para nosotros, con alegría y esperanza; todos a subir al nuevo peldaño de triunfo.
Si no asentamos el pie firmemente sobre el tercer peldaño, no podremos pasar al siguiente.
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