EXITO PERSONAL

domingo, 4 de septiembre de 2016

EL ÉXITO SE LOGRA SIN COMPLEJOS
El complejo de inferioridad  proviene de alguna circunstancia penosa que nos afectó cuando eramos niños, y pone fuertes barreras que se oponen a que subamos a la cumbre del éxito.
Tal vez un hermano era más brillante para los estudios que nosotros; otro era mucho más agradable en su trato o más ágil para los negocios... y esto nos trajo complejo de inferioridad, olvidándonos de que muchas veces el que era inferior en las clases, en la vida real fue superior; y que el que poseía menos millones tenía más simpatía, y el que fue más brillante en su trato lo fue menos en sus trabajos intelectuales, porque la naturaleza todo lo compensa, y reparte sus dones muy bien repartidos. No le regala a uno todo, y a otro nada, si no que a cada uno le concede aptitudes maravillosas para triunfar en su existencia. Pensando positivamente en lo que somos y poseemos, podemos ir mejorando nuestro comportamiento.
El secreto más grande para eliminar el complejo de inferioridad consiste en llenar la mente, hasta que se rebose de Fe. Desarrolle una poderosa Fe en Dios, y ello le dará una sana Fe en sí mismo.
La adquisición de la Fe se logra con la oración, con mucha oración, con mucha oración (no en un día, ni en dos, ni con tres oracioncitas mal rezadas), sino rezando cada día sin cansarse, y leyendo la Biblia, cada día una página, con Fe, con humildad, aunque al principio no se note el cambio, pero éste irá llegando imperceptiblemente, y cuando usted menos piense ya tendrá Fe, porque la oración y la lectura de la Biblia traen la Fe infaliblemente.
Pero recuerde: la oración descuidada, perezosa y sin afecto no es suficiente para que usted consiga a fe que es la que va a alejar los complejos que existan.
Muchos dicen: "yo rezo y no cambio". Es que con oraciones tan mal dichas como las dice usted no se arregla ni la pata coja de un perro de esos que fingen cojeras.
Una mujer dueña de un hotel, con grandes problemas, fue interrogada en una reunión y contesto: "Los problemas pequeños se arreglan con pequeñas oraciones, pero los problemas grandes necesitan oraciones dichas con toda el alma y repetidas por muchos días" Yo he aprendido que si la preocupación es grande, la oración debe ser también hecha con todo el alma, y sin cansarse.
Carulla era un gran negociante, y en una reunión enseñaba: "El defecto de nuestras oraciones en la mayoría de los casos , es que no son proporcionadas a la importancia de lo que pedimos. Creemos que podemos obtener la solución de una gran necesidad con una oracioncita tan pequeña y mal rezada como la que diríamos para que se aleje una pulga de nuestra cama. Recordemos que Dios enviará las soluciones de acuerdo a como hayan sido nuestras oraciones, porque el ha dicho: "Según sea tu Fe, así será las cosas que te sucederán" (Mt.9, 29).
El defecto que tienen nuestras oraciones es que no vienen del corazón. Las decimos fríamente, sin atención. Si habláramos a los superiores tan sin ánimos como le hablamos a Dios, no nos darían si quiera respuesta.  Rece oraciones con toda el alma. Trate de poner toda la atención en lo que reza (como san Luis a quien le dolía la cabeza de tanto esforzarse por rezar con toda atención) y descubrirá entonces que sí se cumple lo que dijo Jesús: "Todo lo que pidan con Fe, en la oración lo conseguirán". Y no olvide: a rezar se aprende... rezando!
Otro gran remedio para alejar complejos y fortificar la confianza en sí mismos: la costumbre de llenar su memoria de pensamientos y recuerdos alegres y optimistas.
Si su mente esta obsesionada de pensamientos de inseguridad  y de insuficiencia, debe darle continuamente una dosis de ideas de alegría y de confianza, para que ellas se alejen de su cabeza como los ratones cuando llega un gato. Un ratoncito subió a un bus. El bus se varó. El conductor gritó al ayudante, traiga el gato, traiga el gato... y el ratoncito que sufría del corazón se murió del susto... Esta es la suerte que correrán los malos complejos, cuando usted llame a los pensamientos y recuerdos alegres a su cabeza. Empiece a llamarlos desde hoy, y no deje de traer algunos cada día para que acaben con esa plaga de sentimientos que no desea.  

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