EXITO PERSONAL

jueves, 1 de septiembre de 2016

¿DE VERAS ESTOY DISPUESTO A PAGAR EL PRECIO DE MIS ÉXITOS? ¿DE VERAS?

Cristo narraba el caso triste de un hombre a quien su jefe le dio un costalado de oro para que lo negociara (un talento se llama eso en la Biblia) y el perezoso en vez de dedicarse a negociar o a ganarle intereses, lo que hizo fue enterrar el oro y dedicarse a haraganear. Cuando vino el jefe se encontró con que por la pereza de su empleado su oro no había producido nada, y lo castigó severamente. (S. Mateo 20,15) Cuidado, no sea que nos pueda pasar lo mismo. Que por no querer pagar con trabajo constante y fatigante, y con renuncia a lo que se oponga a nuestro ideal, no logremos el premio que nos está esperando. En el apocalipsis el maestro nos cuenta una noticia formidable. "He aquí que vengo y traigo conmigo mi salario y mi recompensa. A cada uno le daré sus obras", (Apoc. 22,12)

La Biblia nos habla de dos caminos y dos puertas. Un camino ancho y una puerta espaciosa: el trabajar muy poco y no negarse nada de lo que se desea. Por allí se llega a la perdición. Y un camino angosto y una puerta estrecha: El trabajar mucho y negarse todo lo que vaya  en contra de nuestro ideal. Por ese camino se llega a la paz del alma y al triunfo eterno. (S. Mateo 7,13).

Recordemos los cinco elementos de la formula para llegar al éxito: Idea, deseo, fe, voluntad y equilibrio. 

Puede ser que a algunos les parezca demasiado sencilla esta formula para que logre llevar al triunfo y a la realización personal. Pero si la estudian, si la digieren y tratan de asimilar sus cinco verdades, se van a convencer de su formidable importancia. Cuanto más la estudien y repasen, más la apreciarán. Y cuanto más la practiquen, mejores resultados van a obtener.

Se puede asegurar por la experiencia de muchos años y con muchas personas, que esta formula se convierte para el que la practica en una admirable fortaleza en una verdadera escalera para subir al éxito. Muchos ya lo han experimentado y se sienten plenamente satisfechos. ¿Por qué no tratar de experimentar también este método que a tantos ha transformado?

Cada cual cuando se dedique en serio a practicar esta Fórmula de cinco puntos sentirá dentro de sí verdaderas oleadas de poder y energía que le capacitarán para emprender obras que antes, ni se atrevía a soñar.

No olvidemos jamás los cinco elementos de la Fórmula: Ideales definidos o sea, saber exactamente qué es lo que se quiere conseguir. Deseo insistente, desear con gran vehemencia obtener lo que se anhela. Confiada esperanza, gran confianza de que sí se logrará el ideal que se desea. Persistente determinación, proponerse conseguirlo, sin desanimarse ni echar pie atrás. Equilibrada compensación, pagar el precio que el ideal exige, hacer sacrificios para obtenerlo.

Y recordemos la ley de la atracción que consiste en que cuando se pone de su parte toda la buena voluntad de conseguir un bien, la Divina Providencia hace que le lleguen personas, circunstancias, bienes y sucesos que ayuden a obtener el ideal propuesto.

"Ten un gran ideal, amalo, cultívalo, trabaja por conseguirlo, y en el día que menos pienses, Dios hará estallar la chispa de una oportunidad, inesperada quizá, pero admirable, en la cual lograrás llegar a la meta de tus buenos deseos" - S Juan Bosco.

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