EL ARMA MAS PODEROSA PARA GANARME A LOS DEMAS ES: AMARLOS.
Si no amo seré cualquiera. Pero si amo a los otros, nadie podrá defenderse de la enorme influencia de mi presencia. Podrán no aprobar mis recomendaciones, pero si los amo ganaré sus corazones y ese es el gran secreto.
Amare el sol porque me da calor y a la lluvia porque hace producir frutos a la tierra. CUANDO SIENTA LA TENTACIÓN DE CRITICAR ME MORDERÉ LA LENGUA y cuando sienta deseo de elogiar lo proclamaré a los cuatro vientos.
Amare a las personas de menos recursos porque son hijos del mismo Padre que es Dios. Amaré a los duros y agrios porque nadie tiene tanta necesidad de ser amado como el que no es capaz de demostrar cariño. DE AHORA EN ADELANTE NO TENGO TIEMPO PARA
ODIAR NI PARA RECORDAR OFENSAS.
ME AMARE A MI MISMO PORQUE SOY MI PRIMER PRÓJIMO. Y como me amo mucho, trataré de alimentarme cada día con oración, con lecturas y con meditación, para que mi espíritu sea cada vez más noble y generoso. Y pediré a Dios que aumente mi amor, porque éste es un don del cielo, que solamente se concede a quien lo pida muchas veces.